Tal vez por viejo, posiblemente por mañoso, quizás por haber recorrido mundo y haber visto a tantos vivos pendejos en tantos lugares sin consistencia en el sentir, pensar, decir y hacer. Por todo eso y más, quisiera pedir un enorme deseo al universo en estos tiempos venideros que dejan ver la alborada, pase lo que pase, ¡no dejes de moverte!

Hace una pila de años caía mal o caía bien por la manera de cómo decía las cosas, desde hace una media pila para acá eso pasó a importarme bastante menos, porque caer bien o caer mal no es una opción de vida, es un ancla que te detiene en un presente que ya se hace pasado.

Aparte, no quedarse callado no es suficiente, hay que moverse. Moverse implica activar soluciones, cadena de favores y, por supuesto, acciones que tiendan a edificar sueños, sean tuyos o de otros, hay que moverse más allá de las buenas intenciones; se trata de moverse para activar con un granito de arena, edificaciones sincronizadas y armoniosamente constructivas.

Hagamos algo, se los pido de todo corazón; cada vez que te llegue alguien con quejas digámosle “ven que te acompaño a visualizar las opciones de solución, luego abordaremos la que sea más propicia”, cosas así, ¿me supe explicar?

En las redes sociales y en los medios de comunicación en general, se pueden identificar muy buenas propuestas de todo tipo y para todos los espacios de nuestras vidas, el problema es que dichas propuestas de solución a nuestros problemas están opacadas por una enorme sombra de quejas, expresiones de sufrimiento y muchas veces críticas sin sentido, literalmente sin dirección y sentido.

Tenemos la fuerza de UNO para generar los cambios desde lo más pequeño y sencillo y, por resonancia, lograr enormes edificaciones que hagan de nuestros países y de nuestro hermoso planeta un mundo más vivible. Qué tal si sistematizamos:

  1. Decir “ya basta” pero dando un paso adelante. Saber decir que no, no basta, hay que saber decidirte por construir la alternativa, sea en el campo que sea, laboral, del amor, relaciones sociales, el trato a la Madre Tierra y, por supuesto, la política que nos tiene a todos hasta la coronilla.
  2. Si aún no has escogido alguna localidad para activarte y trabajar por ella, hazlo, es la mejor manera de drenar las ganas de gritar al mundo que quieres un cambio.
  3. También escoge dos o tres amigos, los más complicados y problemáticos, y proponte reencauzarlos hacia acciones constructivas y armoniosas antes que cierre este año, con ello habrás logrado aminorar la violencia en el mundo entero: sea violencia doméstica, maltrato animal, discriminación de cualquier tipo, incluso la insoportable discriminación política.
  4. Abramos válvulas de escape a la presión social, deliberemos, discutamos y lleguemos a acuerdos más o menos viables, cuestionemos las ideas pero no a las personas, aprendamos a discutir y a sistematizar los acuerdos a los que debamos llegar.
  5. Neutralicemos el veneno y a los generadores del mismo, por más afecto que le tengamos a esa persona, dejémosla intencionalmente de lado y que sepa por qué lo hacemos. La crítica sin sentido ya debe salir de nuestros foros y de nuestras mesas en casa y entre amigos.
  6. Todas las quincenas, me tomaré un café con alguno de los amigos y amigas con quienes dejo abierto o inconcluso un foro o discusión, haré tertulias más personalizadas con quienes estén propuestos a construir un mundo mejor.
  7. Para tantos campos y comunidades apartadas que visito, rara vez me dejo acompañar por personas problemáticas. Quizás yo esté muy equivocado y esas personas sean las que más necesiten una experiencia de vida muy fuera de nuestro círculo citadino. Llevaré conmigo un amigo o amiga que sienta indescriptibles vacíos y tormentos internos, no soy mago pero pondré empeño en que se conecte con la esencia de la vida y descubra su propósito en ella.
  8. Todos tenemos habilidades y talentos que brindar al mundo, proponte enseñar a alguien un oficio y hacerle seguimiento a su desarrollo.
  9. Todos soñamos con aprender algo, proponte un idioma por año, la ejecución de un instrumento musical, escribir con la otra mano, cambiar de hábitos alimenticios, leer al menos tres buenos libros…, en fin, no sólo crecerás muchísimo en lo personal sino que sacarás de foco la ira y el estrés.

Estas sencillas líneas que les escribo tienen que ver con la desintoxicación que requiere nuestra sociedad y el planeta entero, que jamás se resuelve mudándote de ciudad o de país, sino revitalizando las células del organismo; el organismo es tu país, mientras que las células somos cada uno de nosotros, no lo olvides.

Aún cuando procuremos vivir en otra ciudad o país, pon en práctica estos deseos, de lo contrario, seguiremos alimentando el problema desde miles de kilómetros. Todos estamos muy pero muy conectados, el maestro decía “muévete y aparecerá el camino” y, una vez que se te muestre el camino, recórrelo, disfrútalo, ¡sigue construyéndolo para ti y para los demás!

Ahora, ¡muévete!, ¡no dejes de hacerlo!, contra todos los pesares, avanza, ¡siempre avanza!, ¡los quiero a todos!

@samscarpato

Muevete – Ruben Blades

Código: 05-2014-3126

Para citar este escrito:

SCARPATO, Samuel. (2014). En este 2015 haznos un favor, ¡muévete! Primera publicación en fecha 31-Dic-2014 en el medio Facebook. Segunda publicación en fecha 15-Ene-2016. Consultado en fecha Día-Mes-Año. Disponible: https://samscarpato.com/en-este-2015-haznos-un-favor-muevete/