Debo reiterar mi condición de díscolo inconforme cada vez que veo a un lado y las propuestas -técnico políticas en materia ambiental- son inverosímiles, luego veo al otro y la cosa es aún peor. Estamos rodeados de tanta insensatez en la formulación de políticas públicas y en la falta de voluntad política para llevar a cabo medidas radicalmente sustentables, que no hay para dónde coger, ¿o sí?
Cuando digo que la ciencia y la academia no están al servicio de la lógica natural de las cosas, no me equivoco. Es insólito ver que en gobiernos anteriores la cosa era grave pero disimulada, por cuanto el cambio climático no terminaba de reportar estragos continuos. Luego, en el presente gobierno, no se ha hecho más que profundizar las medidas insustentables. Estamos ante el suicidio colectivo al apuntar siempre a las consecuencias de la sequía, más no a las causas que la generan. Los gobiernos pasan pero el daño queda.
He entrevistado a líderes de la oposición y a líderes del oficialismo; he leído propuestas de solución de unos y otros, hemos dado talleres con pizarra y marcador a funcionarios (de un lado y otro) interesados en el tema medioambiental y, al parecer, persiste una resistencia a comprender el sencillo pero profundo ciclo de la vida y de cómo recuperar la generación de cuantiosos volúmenes de agua sin necesidad de seguir apuntando a las consecuencias del problema, siguen sin entender.
Cuando éramos “simples muchachos”, “tira piedras sin estudios” (así nos decían los funcionarios públicos décadas atrás para desacreditar nuestras propuestas), no nos quedaba más remedio que lamentar esa actitud y seguir haciendo nuestro trabajo en silencio en los campos y montañas en las que hacíamos esfuerzos por recuperar los caudales, por medio de la propagación de árboles nativos tal como lo hacen las ardillas o los pájaros (con la adición de ciertas técnicas forestales) y por cierto ¡logramos recuperar distintos caudales!
Décadas más tarde, cuando todos esos “simples muchachos”, tenemos ya algo de experiencia y diversos estudios universitarios acumulados, los funcionarios siguen dándonos excusas cada vez más insólitas para no escucharnos, y posiblemente desconocer o burlar la lógica del ciclo natural para la recuperación de caudales y de la manera de cómo podemos acelerar dicho proceso, también de manera sencilla.
¿Cuál es el origen de tanta incompetencia?, ¿acaso nuestras universidades están a espaldas de los procesos naturales de recuperación de caudales en ríos y quebradas, y en la forma de potenciar dichos procesos naturales?, sospecho que la cosa viene por allí, porque funcionarios tirios o funcionarios troyanos, funcionarios de izquierda y funcionarios de derecha, funcionarios de antes y funcionarios de hoy, siguen egresando de nuestras universidades (de las tradicionales y de las creadas con visión socialista), por tanto la preocupación es continua y además es justificadamente doble.
Mi reflexión para los más jóvenes: Tu curiosidad y militancia ecologista la despiertas tú en tu contacto íntimo con la naturaleza, más no por medio de agrupaciones e instituciones que te saturan de supuestas herramientas antes de experimentar el despertar consciente. De igual forma, tu curiosidad y ejercicio como investigador científico, no esperes despertarlo en la universidad, es algo que viene en ti, en tu permanente duda respecto de todo cuanto sucede en tu entorno. Atrévete a indagar y proponer a tu manera, hazle más caso a tu intuición y menos a la academia; después, sólo después, poténciate con determinadas herramientas, pero deja que la experiencia y la intuición sean el principio guía de tu actuar científico y ecologista.
Joven del mundo, niño de las estrellas, quien te habla es profesor e investigador universitario con varios estudios, credenciales y esas tonterías que ayudan a que la gente eventualmente te escuche pero, antes de llenarse de tanta arrogancia, este amigo y compañero que te escribe, dormía en campos, selvas y montañas experimentando cientos de veces sentir como campesino e indígena, como un oso frontino o un picure, como mono capuchino o araguato. Luego, pero muy luego de observar el comportamiento y tratar de sentirlo como mío, me llené de la arrogancia de la academia para tratar de ser alguien en la vida, esperando no sea tarde para comprender que ya era alguien antes de eso y que la academia de pronto fue apagando mi capacidad de sentir a causa del peso de la turbidez y la esclerosis que habita y satura las normas y los procesos que nos rigen en esta sociedad, que cada vez hace más caso a los técnicos y a los políticos, y cada vez menos caso al latir y sentir de la naturaleza.
No te pierdas la vida, no te alejes de la naturaleza, ella te dará todas las respuestas.
@samscarpato
Código: 02-2014-0100
Para citar este escrito:
SCARPATO, Samuel. (2014). Solución científica a la sequía, ¿qué opciones nos dan más allá de medidas cada vez menos sustentables? Primera publicación en fecha 14-Ago-2014 en el medio Facebook. Segunda publicación en fecha 28-Dic-2015. Consultado en fecha Día-Mes-Año. Disponible: https://samscarpato.com/solucion-cientifica-a-la-sequia-que-opciones-nos-dan/