Pensamientos de juventud, 1991
¿Cree usted que el comportamiento ciudadano en general, radica en la formación hogareña? Está demás decir esto, y a que el tema en cuestión está lo suficientemente machacado como para una mesa redonda. Entonces, ¿dónde está el fallo?, ¿cuál será la manera de ir acabándolo?. Probablemente se ha dado mayor atención a la cura directa como tal, en vez de guiarla mira hacia sus fuentes. Cual medicina preventiva, la única manera de erradicar un mal (como lo dice la palabra), es yendo al propio generante.
Culpamos a la tv, revistas, malas juntas, cigarrillo o al alcohol, entre cosas pero, independientemente de la influencia externa, si el niño con una correcta formación (siendo su base desde la fecundación hasta los seis años de nacido, aproximadamente), posee una conciencia suficientemente crítica ante es tos agentes dañinos, indudablemente en años posteriores sabrá, en la mayoría de los casos, evitar o desembarazarse de muchos problemas; aclarando que en ningún caso defenderé la parte dañina influida por estos vicios.
Parece que no nos importa nuestro comportamiento. Nos quejamos de la inflación, corrupción, contaminación, etc., pero son inútiles nuestros esfuerzos por hacer algo. Erróneo es el expresar “todos”, pero si una gran mayoría estamos en esta plaza.
He de imaginarme que ya se dado cuenta de la relación existente entre la formación hogareña y los problemas políticos, económicos y sociales que agobian a nuestro país.
Tomemos como ejemplo la corrupción. Una persona al encontrarse ante una suma de dinero bastante provocativa y fácil, además de ajena, ¿la tomaría?, irrefutablemente la respuesta es que depende del sentido de honradez que le fue inculcado a la misma dentro de sus primeros diez años de vida (en la mayoría de los casos). Aunado a esto, se ubica lo que a aseo, orden y respeto concierne, entre otras cosas. No tiene nada que ver la condición económica de la persona con la puesta en marcha de estos conceptos.
Entonces, es más que seguro decir que una persona con un correcto proceder y una íntegra responsabilidad en su trabajo y estudios, al momento de formular una justa queja ante cualquier organismo o institución, ésta se convertirá en una irrevocable petición y se deberán agotar todos los recursos para hacerla valer. Que no importe el tiempo, usted tiene la verdad en sus manos.
“Dentro de una nación aparentemente democrática, el derecho a la justa expresión es lo más sagrado que pueda haber”.
Sinceramente, un venezolano.
@samscarpato
Código: 05-1991-3144
Para citar este escrito:
SCARPATO, Samuel. (1991). Nuestro proceder nos priva. Primera publicación en fecha 12-Dic-1991 en diario El Impulso. Sección Apartado para los lectores. Consultado en fecha (día)-(mes)-(año). Disponible: https://samscarpato.com/proceder-nos-priva/