Metro de Nueva York, todo un crisol de gestos y culturas

Pensamientos de juventud, 1991

Cuando pereciera que comenzamos a gozar de bases sólidas sobre les cuales desarrollar toda nuestra cadena cultural, esto es hacia la derrota del ejército realista y la conformación de le gran patria colombiana, inmediatamente se fueron formando gérmenes en el seno de la disgregaciones que se intensifican y persisten hasta nuestros días.

Casi resulta absurdo rebuscar causas a tal hecho, lo cierto es que perdimos la primera gran oportunidad como una de las mayores potencias a nivel mundial. Vale citar orígenes cuando los mismos se mantienen en la actualidad, cual Principio de Peter, nuestra propia incompetencia impide un idóneo desarrollo sociocultural a partir del hecho político-económico.

En el caso venezolano, que guarda bastante similitud con el de muchas naciones a nivel mundial, la intervención foránea en nuestra conducción económica y, por ende en el desarrollo, se ha dado por excelencia desde que se conforma la República venezolana.

Resulta bastante dificultoso desprendernos de tal intervención puesto que, por una parte, es absurdo cerrar las puertas cuando nuestro sistema está invadido de adentro hacía afuera y, por otra, prácticamente toda nuestra economía depende de un modelo que gira en torno a un centro mundial que pareciera regir incluso el bienestar y la paz del planeta.

Hemos dado un escueto diagnóstico de nuestra situación como nación pero, ¿qué sucede en nuestras conciencias individuales? Pareciera existir una enajenación total, desde la hamburguesa hasta las semillas importadas, pasando por los fármacos y los modelos educativos, por citar algunos de los ejemplos. ¿Acaso gozamos de propios medios de producción adaptados a modos productivos también nuestros? Por lo menos un engranaje de toda esta cadena lo importamos de un modelo de desarrollo que promete el bienestar social.

Debemos recordar que el mencionado modelo de desarrollo se basa en la acumulación de capital, la cual depende a su vez de la extracción realizada sobre otros sectores a partir de plusválidas operaciones que conllevan al desespero social. Entonces, es necesario comprender el movimiento social e partir de este hecho que ha sido la enajenación de consciencias y el hacinamiento de toda la energía social en espacios tan confinados que irremediablemente llevarán el caos y al estallido; buscando un espacio más libre en el cual respirar y continuar así el ciclo creciente de la dependencia.

Pero no todos los aspectos son negativos, se supone que las crisis generan cambios. Por un lado, nuevas formas de dependencia y, por otro, nuevos modelos de autogestión, que siguen confrontándose hasta que las circunstancias estén dadas como para que ayudadas por una evolución en el grado de conciencia individual y colectiva frente a este hecho, comencemos de una vez por todas a luchar inteligentemente por nuestro desarrollo cultural, no sin antes sobrellevar nuestro desarrollo económico y político, para que consiguientemente gocemos de nuestro desarrollo y bienestar social.

Resulta un poco utópico desde muchos puntos de vista pero, sí adoptamos no una postura sino más bien una actitud, frente a situaciones tan cotidianas como mantener recogida la basura en nuestro frente para ahorrar trabajo y presupuesto al aseo urbano o reconocer con justicia cuando algún oportunista se nos adelanta en la cola o fila del banco, poco a poco nos iremos acostumbrando a alzar inteligentemente nuestra voz de protesta.

Hay que dar para luego recibir, no podemos esperar milagros del gobierno cuando nos conformamos con que nuestros jóvenes apenas aprueben sus materias o cuando las cifras de muertos por accidentes viales o de atraco fueron menores que las del año pasado gracias a operativos realizados. Señores conciudadanos, sentémonos a reflexionar por lo menos un minuto de nuestra faena diaria sobre esta situación y tratemos de responder a nosotros mismos y a nuestros hijos: ¿Por quién luchamos?

@samscarpato

Código: 05-1991-3145

Para citar este escrito:

SCARPATO, Samuel. (1991). Alienación o autogestión, ¿por quién luchamos?. Inédito de fecha 1991. Segunda publicación en fecha 10-Sep-2016. Consultado en fecha (día)-(mes)-(año). Disponible: https://samscarpato.com/alienacion-o-autogestion-por-quien-luchamos/