Acompáñenme a hacer un pequeño recorrido por la historia del rock y del blues, también, por mi testimonio de vida con mujeres hermosas, prostitutas de profesión, madres solteras y con ilusiones de vida, como muchos de nosotros. Tratemos de hablar de esto sin tapujos pero igual sin prejuicios, por favor. Quisiera hacerle llegar mis bendiciones a Mary y a Paola, viejas amigas que recordé luego de escuchar decenas de versiones de “The house of the rising sun”, una de las pocas canciones que te hacen llorar por la mezcla tan extraña de sentimientos encontrados sobre el tema en cuestión.

Al igual que el tango más sentido nace en los burdeles porteños para desahogar la energía de las contradicciones en la pujante pero desigual ilusión bonaerense en el todavía muy vivo siglo XIX, así “The house of the rising sun”, miles de kilómetros al norte, ya se tarareaba luego de mediados del antepasado siglo, para hacer un sentido reconocimiento a la dura vida que hay dentro y detrás de los burdeles. Dejemos de lado la discusión si la canción toma su denominación del nombre de un burdel, bien de una casa de juegos, o de una madame que administraba uno de esos enigmáticos lugares, eso es irrelevante.

Lo importante es el sentimiento que “The house of the rising sun” nos lleva a tantas Marys y Paolas que por allí pasan.

A Mary, me tocó entrevistarla en tres ocasiones, en el antiguo burdel “7 Rojo”, cercano a Pavia, al oeste de mi ciudad; mi trabajo de sociología tenía que ser original y quedar perfecto, sin embargo, mi alma se enfrentó al alma descarnada de lo que había detrás de las tonterías académicas que yo buscaba. En ese burdel me encontré de frente con una de las manifestaciones de vida más hermosas que jamás he visto; mi corazón quedó prendado.

Una de las bandas que más popularizó “The house of the rising sun” fue The Animals, por cierto interpretada con un buen balance de lo que necesitamos para que una canción nos llegue muy dentro:

Mary era casi rubia, de unos treinta años de edad, pero con un físico envidiable para cualquier chica diez años menor. En nuestra tercera y última entrevista formal, la vi por fin con poca ropa y no pude ocultar mi nerviosismo, ella bromeaba conmigo preguntándome si me incomodaba verla con ropa, ella misma se respondió soltándose de arriba a abajo botón a botón la liviana blusa blanca y azul cielo gloria que cargaba; mi nerviosismo estudiantil quedó en shock, jamás había visto unos senos tan naturalmente firmes y hermosos; mi rostro sudaba, tanto como mis manos sobre la libreta que soportaba los torpes trazos del lapicero negro.

Tal vez una de las versiones que más me agrada es la de la banda Geordie, de la década de 1970 (banda que conocí gracias a mi compañero de escuela, Luis Rinascente), con la extraña joven voz de Brian Johnson quien a partir de 1980 pasaría a acompañar a AC/DC:

Le pedí a Mary, de la manera más infantil posible, que “por favor tuviera la bondad de dejarme tocar sus tetas”, la carcajada de ella no pudo ser más hermosa y enorme: “estaba esperando por eso desde la primera entrevista” me respondió con una de las más bellas sonrisas que he visto en mi vida. Tomé sus senos con mis manos y ella me miraba tan extrañada como si yo le estuviese haciendo un tacto o prueba médica, le pregunté si era operada por la consistencia de tal lozanía, “no, debe ser porque estoy lactando a mi beba” (…) ahora yo quedaba en shock pero por otra razón.

The house of the rising sun”, es tan antigua, que no tenemos los primigenios registros fonográficos de ella sino, apenas en las décadas de 1920 y 1930, cuando sobrevivieron gracias a la tradición oral de generación a generación, especialmente entre la población afroamericana, como la versión de Texas Alexander:

…o la versión de Georgia Turner:

…o bien, la versión de Lead Belly:

…y la de Roy Acuff no puede quedarse atrás:

La entrevista con Mary giraba en torno a su medio laboral y su percepción acerca de lo bueno o malo del asunto. Siempre me hablaba con orgullo e insistía que le encantaba lo que hacía; a veces me salía de la entrevista formal y le preguntaba cosas como las posiciones que más le gustaban, eventos inolvidables, los casos más locos…, pero, definitivamente, mi percepción sobre ella cambió cuando me enteré que tenía dos niñas pequeñas, una de ellas bebita.

Esta es una de las versiones en guitarra más hermosas que he oído, tenía que ser Doc Watson:

Al saber que era madre soltera, jamás se me ocurrió preguntarle a Mary quiénes eran los padres de sus pequeñas. Desde allí nos hicimos buenos amigos; una relación algo ingenua porque nos tuvimos bastante confianza, compañía en otros espacios, pero nunca le pedí que tuviéramos sexo, cosa que años más tarde llegué a interrogarme muchas veces, especialmente luego que la perdí de vista cuando se mudó de ciudad. Honestamente extraño a mi amiga Mary, ojalá pudiera leer estas letras.

Esta versión de Tommy Enmanuel es sencillamente excelente, se sobre expone un poco la fuerza de la música y menos el sentimiento histórico de la canción, pero igual es tremenda:

Nunca pude tener relaciones con prostitutas, no por menosprecio a ellas, sino por un viejo trauma y temor ocasionado por los desgraciados de mis primos, un amigo y mi hermano mayor, quienes me llevaron obligado a un burdel poco antes de cumplir quince años de edad y allí contrataron a la más viejita del salón para que terminara persiguiéndome por todo el estacionamiento gritándome que “hiciera el favor de (…) porque ya le habían pagado”, pero ese es otro cuento.

Me encanta la versión psicodélica y con marcada distorsión en la guitarra de Frijid Pink:

Durante el día Mary atendía a sus niñas, hacía mucho ejercicio, comía muy sano y me encantaba que compartiésemos. Su niña mayor tendría unos cinco años, era tan bella y Mary la trataba tan bien, que me extrañaban los eventuales cuentos de trabajadoras sexuales que golpean a sus hijas y las alejan de todo afecto. Yo no sabía si estar extrañado o emocionado con Mary, incluso indagué con fuerza sobre su futuro laboral, ya no sólo me preocupaba su presente junto con su medio de trabajo, sino su futuro como persona; la amaba como mi mejor amiga.

Sentida, movida y extrañamente alegre, la buena versión de Nina Simone:

Me contaba Mary que estaba reuniendo dinero para mudarse de ciudad o de país justo cuando su hija mayor cumpliese siete añitos. Ya me había contado la psicóloga de la universidad que ese argumento de “retiro laboral” lo tiene la mayoría de las jóvenes dedicadas al trabajo sexual, pero muchas se quedan enganchadas, por tanto no debía hacerle mucho caso a Mary. No obstante, conocer a Mary tan de cerca me permitía estar algo más seguro de su templanza en lo que hacía y en lo que programaba.

Las versiones tan líricas, reconozco poco me gustan, exageran el blues y llegan a la ópera, pero igual habrá quien prefiera el género. Tal es el caso de la hermosa Libby Holman:

Ver que Mary tenía todo tan ordenadito, sus niñas tan bien atendidas, sus cuentas siempre bien anotadas, alentaba mi temor porque fuese verdad su huida. Yo viajaba mucho, entre selvas y montañas, excursiones y trabajos sociales, entonces a veces me perdía de llamar o visitar a Mary por semanas y meses, hasta que ya no tuve eco en su teléfono.

La hermosa Joan Baez también popularizó la canción en toda una generación hippie, pero igual siento (en lo particular) que le dio tanta potencia a cantar hermoso, que se perdió un poco la robustez y sencillez del blues, pero igual es excelente versión:

Mi historia con Mary, no sé si es como el sentimiento de Forrest Gump con Jenny, pero quedé con el pecho apretado toda vez que no supe más de ella, hasta sus amigas más cercanas y en la escuela de las niñas tampoco supieron más de ella; así de pronto se fue mi amiga Mary, tal como lo prometió pocos años atrás. Prometí extrañarla por siempre, pero a la vez me alegro que decidió dar el vuelco por completo y montar el negocio de comida sana que me dijo que abriría, imagino que lo hizo, y que le va bien, así lo deseo de todo corazón.

También la trovadora Mary Hopkin hace de las suyas con esta interpretación, no es de mis favoritas, pero igual le pone candor soprano, ¡además califica porque se llama como mi Mary!:

La vida de Paola y su relación conmigo fue muy distinta. Desde el principio supe que huía de algo o de alguien, siempre con temor a que la descubrieran, poco hablaba, pero era la mulata más hermosa que conocí, con bello y largo cabello negro lacio. Quería enamorarme de ella, pero tantas señales me decían que no lo hiciera (…) Paola no era Mary.

La banda Pink Floyd hizo su versión, muy metal y poco blues, pero interesante, por cierto:

A Paola también la conocí en un burdel, donde la famosa Marina, en el barrio El Manteco de mi ciudad. En ocasiones, mis hermanos indígenas me visitan cuando pueden salir de la selva amazónica y atravesar el país, y en la selva hay refranes tan conocidos como que indio que no es pícaro no es indio, o que no hay vaina (cosa) más rara que indio vegetariano (en Venezuela no nos ofende la palabra “indio”, pero tratamos de no usarla, además, aquí se da la más grande integración “racial” o menor segregación de todo el continente, usualmente no tenemos los problemas de choque “racial” que hay en el resto de los países).

Más interesante suena la versión de The Eagles:

Sentado y casi absolutamente aburrido de tomar una que otra cerveza, conversando con Bautista, uno de los escasos representantes del pueblo indígena Hotuüja que no tiende a la promiscuidad (al menos de los que he conocido), mientras esperábamos que los otros compañeros saciaran su deseo carnal, se acercó Paola, obviamente esperando que la contratásemos para pasar a una de las habitaciones.

Nunca fui seguidor de Jhon Bon Jovi ni de los rockeros que estaban más pendientes del peinado que de la música, pero reconozco que esta versión es bastante blues, bien sentida:

“¿Cobras por hora?”, le preguntamos, “si, dependiendo de lo que quieres que te haga” me dijo mirándome a los ojos; “perfecto, siéntate con nosotros un rato” riposté sin mediar más palabras (aclaro que nunca me gustaron las mujeres sumisas). De manera obediente, Paola nos acompañó un buen rato, indicándonos que no podía beber pero, cuando se enteró que íbamos a ser los únicos clientes de lo que quedaba de su noche, bebió y bebió y se olvidó de todo.

Estas chicas de The be good Tanyas, me hacen querer correr tras ellas (o detrás de Mary) porque le imprimen justo el sentimiento que busco en el blues y en la interpretación de “The house of the rising sun”, me encanta:

Paola estaba tan extrañada como emocionada de no tener que entregar su cuerpo, definitivamente no era Mary, a quien le encantaba su oficio. Esta espectacular mulata, bastante joven por cierto, eventualmente se tapaba la mitad del rostro con su cabello, tratando siempre de darle la espalda a la puerta principal y a la mayor parte de las otras mesas. Su historia en parte se parecía a la de Mary, y en parte era bastante distinta.

Igual no pierdan de vista la interpretación de esta chica Anna Taylor, ¡por Dios!, ¿de dónde salió?, me dejó idiotizado su energía y su blues (habrá que aclararle que la canción no es de The Animals, como ella indica en Youtube):

Conversamos al menos tres o cuatro horas y era como si estuviésemos en la casa de unos amigos en un ambiente literalmente familiar, de a poco fuimos dando en el clavo con las razones de por qué estábamos allí y de cómo eran nuestras vidas. Paola me entrevistaba y yo a ella, mientras el zorro de Bautista eventualmente dormía y al rato despertaba para repetir lo mismo cada vez “¡qué hermoso tu cabello!”, “¡ya reposa la cerveza y déjanos conversar!” le decíamos cada vez.

Muy interesante la interpretación de The Ventures:

Paola venía del centro del país, tenía una bebé de dos años de nacida que se la cuidaban sus padres mientras ella estaba residenciada en el occidente del país supuestamente estudiando en la universidad y trabajando en una cafetería. Este cuadro, tal cual, se repite miles de veces en todos nuestros países, la bebé era hija de su novio de la escuela, que también velaba por la niña, aparte de reconocerla y darle el apellido; padres, ex novio e hija, todos vivían en la misma ciudad en el centro del país.

Desconocer la versión instrumental de Jimi Hendrix, significaría profanar el rock mismo:

Eventualmente nos llamábamos y compartíamos como amigos, me encantaba Paola, pero no podía enamorarme de ella; no era Mary. Si bien Mary estaba orgullosa de ser trabajadora sexual y le encantaba su trabajo, sin embargo en asuntos familiares era honesta y decidida, al igual que con sus inversiones, atención a sus hijas, su independencia. Mary era más centrada, tal vez era un asunto de madurez, quizás otra cosa.

Igual, dejar de lado a Jim Morrison y The Doors, sería una locura:

Por el contrario, Paola me decía aferrándose “¡sácame de este mundo!”, “¡llévame contigo!” y cosas así. No recuerdo si llegué a darle un beso a esta mulata que me tenía mal, pero sí recuerdo cientos de horas de conversaciones acumuladas. Me encantaba esta chica, pero no era yo quien debía decidir salvarla del dragón, ella debía dar el paso dentro de su mente y corazón, luego veríamos.

Muy pero muy interesante versión country, precisamente, de la banda Country Gentlemen:

Nos involucramos bastante, llegó el momento que no hallaba cómo hacer para desconocer tan extraña e intensa amistad; sentía a Paola como suicida, en permanente huida. Yo era su paño de lágrimas o su tabla de salvación, no sé, pero era algo asfixiante. No me importaba que fuese trabajadora sexual, me intranquilizaba su actitud, más que poco honesta con la familia, era poco honesta con ella misma, algo extraño de explicar; definitivamente no era Mary.

La interpretación de esta vieja y querida banda de rock irlandesa, Thin Lizzy, es muy buena, me gusta bastante:

Para mi sorpresa, Paola regresó definitivamente a su casa, nunca le gustó la prostitución, se sentía cada vez más incómoda. De tanto insistirle, inició estudios universitarios de una carrera técnica y me llamaba cada vez para que la ayudase en uno que otro trabajo de la universidad, y ¡a mí me encantaba hacerlo! Logré visitarla un par de veces y hablar por teléfono muchas más. De a poco, se le pasó el sentimiento de que querer explotar, o arrojarse por una ventana.

Siempre sublime, Odetta:

Si bien no era Mary, yo debía decidir, finalmente enamorarme o no de ella. Era extraño, pero el cariño hacia Mary era enorme, disfrutábamos bromearnos, pellizcarnos, decirnos cosas, reírnos mucho, me divertía montones con esa catira (rubia). Con la mulata de Paola la relación era muy distinta, más tierna, más de pareja, incluso desde el primer día, sin importar las barreras que nos separaban y a pesar que jamás hicimos el amor, fue muy extraño.

La estrafalaria Courtney Love, ex-compañera de Kurt Cobain, de verdad que tiene garras:

Mary decidió terminar conmigo, así como con todo lo que la ligaba al anterior capítulo de su vida, ¿fue más honesta que Paola a pesar de mi solidaridad y honestidad con ella?, o ¿Paola fue más honesta a pesar que, enredada conmigo, mantendría de alguna manera el vínculo con el mundo que tanto aborrecía?, nunca lo sabremos, pero a mí me tocó dejar a Paola, a quien tuve más miedo que a Mary, miedo al amor quizás, miedo a todo lo demás tal vez, miedo a mí mismo, es lo más seguro.

Cierro mi relato con mi corazón en las manos de Mary y Paola, respetando las decenas de versiones que dejé por fuera de “The house of the rising sun”. Les dejo, al final de esta entrega, la interpretación que más cautivó mi atención, por su potente energía.

Imagino que los tres, Mary, Paola y yo, estamos acostados boca arriba mirando el cielo, en el más hermoso de los parques, conversando tantas cosas, riéndonos, abrazándonos y exprimiendo lo mejor y lo peor de la vida, para llevar a nuestras siguientes vidas la mejor de las experiencias. Las extraño montones y, si bien, extraño más los senos y la sonrisa de Mary, no obstante, extraño más la voz y la mirada de Paola. Dios las bendiga donde quiera que estén, ¡las extraño mucho!

Sinceramente,

Samuel Antonio.-
(aquí no puedo firmar como profesor-doctor, esto es sólo espíritu)
@samscarpato

Código: 08-2014-6152

Para citar este escrito: 

SCARPATO, Samuel. (2016). Cómo una canción de blues y folk rock, tan controversial, puede ser tan profunda, llegar tanto al alma y ser tan versionada. Primera publicación en fecha 26-Dic-2014 en el medio Facebook. Segunda publicación en fecha 23-Dic-2016. Consultado en fecha Día-Mes-Año. Disponible en: https://samscarpato.com/cancion-de-blues-y-folk-rock-controversial/