A los estudiantes universitarios en su día, ¡alzarse con virtud, no nos queda de otra!

En Venezuela, el 21 de noviembre se celebra el Día del Estudiante Universitario y, a razón de que no he podido dejar de ser un estudiante algo inquieto, inconforme, irreverente y esperanzado por las fuerzas vivas del permanente cambio, quiero hablarles no como profesor sino como estudiante, el permanente estudiante.

Hilemos este escrito en torno a ciertas claves del legado de la “Generación del 28”. La Venezuela de hoy es muy distinta a la que nos dio la generación de 1928 pero, a su vez, es muy parecida, por tanto tomemos como referencia explicativa a la masa estudiantil que impulsa los cambios y aún no se ha dejado someter por la disciplina partidista.

Es difícil y hasta peligroso, por las interpretaciones que tirios y troyanos puedan hacer, detenerme en la consideración que cierra el párrafo anterior, pero lo haré sin temor a ser enjuiciado por quienes insisten en canalizar y orientar los flujos del acontecer estudiantil por medio de la estructura organizacional y de participación política que, por opresión del libre pensamiento, ejercen particularmente los partidos políticos.

El reventón estudiantil (principalmente universitarios) de aquel carnaval caraqueño de 1928, lo asocio a la revolución de los pingüinos (estudiantes de educación media) en el Chile del 2006, en menos caso algunas puntuales protestas estudiantiles mexicanas y tal vez la indignación ciudadana en España del 2010. Me cuesta asociarlo a los movimientos estudiantiles venezolanos del presente, y he allí mi temor de que se pierda esa enorme energía viva.

DESPERSOLANIZACIÓN DEL PODER. Permítanme justificar mi inquietud. La “Generación del 28” no fue coordinada por ningún partido político (algunos sesudos me dirán “obvio, si aún no existían como tales”), tampoco fue encauzada por alguna organización que corporativizase tal iniciativa de participación, menos fue liderada por una, dos, tres cabezas visibles, no fue así; sin embargo, el impacto que este despertar estudiantil logró en la sociedad venezolana fue tan enorme, que los cambios acaecidos en décadas posteriores se los debemos en buena parte a sus protagonistas y su visión de libertad política.

No fueron veinte o treinta buenos estudiantes alzados (dije buenos estudiantes, tomen nota), fueron más de cuatrocientos, siendo apresados y torturados no menos de doscientos cincuenta y, en aquel entonces, era mucho decir. Siempre hablamos de los que más trascendieron en la subsiguiente vida partidista venezolana (Guillermo Meneses, Miguel Otero Silva, Felipe Massiani, Antonio Arráiz, Agustín Valdiviezo, Juan Oropeza, Isaac Pardo, Rodolfo Quintero, Juan Bautista Fuenmayor, Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Raúl Leoni, Juan José Palacios, Francisco Rivas Lázaro, Fidel Rontondaro, Andrés Eloy Blanco, Rafael Vegas, Humberto Tejera, Pío Tamayo, Edmundo Fernández, Germán Suárez Flamerich, Miguel Acosta Saignes, Germán Tortosa, entre otros casi doscientos confinados en el castillo de Puerto Cabello), pero poco hablamos de los estudiantes más “peligrosos” por sus cualidades inobjetables (Pedro Juliac, Rafael Chirinos, Ricardo Razetti, Antonio Sánchez Pacheco, Antonio Anzola Carrillo, Clemente Parparcén, Eduardo Celis Sauné, Enrique García Maldonado, Guillermo López Gallegos, José Antonio Marturet e Inocente Palacios, que fueron encerrados y brutalmente tratados en el presidio de Palenque).

Años más tarde, muchos de ellos constituyeron los más importantes partidos políticos venezolanos inclinados a la social democracia (Acción Democrática -AD-), al socialismo y algunos al comunismo (Partido Comunista de Venezuela -PCV-).

En la agitación de 1928, contra la más prolongada dictadura en Venezuela, prácticamente no estuvieron presentes líderes futuros de los partidos asociados a la democracia cristiana o social democracia, usualmente poco vinculados (aún hoy) con las calles, campos, sindicatos y barriadas populares, teniendo como ejemplo principal el partido Comité de Organización Política Electoral Independiente o Partido Socialcristiano (COPEI). Por cierto, una crítica generalizada entre los detractores de esta corriente, es que pocos o ningunos líderes pobres, negros, campesinos o indígenas han coordinado sus filas.

DESCONEXIÓN DE LOS LÍDERES ACTUALES. Las calles venezolanas en la actualidad, son agitadas (por el lado de la oposición política) principalmente por partidos que son hijos, nietos y sobrinos -organizacionalmente- de la democracia cristiana (COPEI), como los son Proyecto Venezuela, Primero Justicia, Voluntad Popular, entre otros. Es el sueño, justificado tal vez, que en el país caribeño gobierne la meritocracia y la aristocracia, los más cultos y eventualmente refinados políticos. Muy distinto fue el sueño de libertad y de estructurar la política pública venezolana, incluyendo acuerdos de gobernabilidad entre facciones contrapuestas, que impulsaba a la generación de 1928, en su mayoría fueron muy buenos estudiantes (les dije que anotaran este dato), brindando posteriores y significativos aportes a la medicina, al orden jurídico, a la planificación pública, a la composición musical y la poesía, por citar algunas contribuciones.

Pero, ¿qué sucede con la marcada desconexión social, racial y cultural de ciertos líderes políticos, con los campos, selvas, barriadas populares, movimientos obreros, donde descansa la mayor parte del gentilicio -y de los votos- de la Venezuela de siempre?, ¿será que no ha existido un asesor que les diga que en las redes sociales y en la tv si bien se hace buena agitación, no llega a los campos, selvas, barriadas populares y movimientos obreriles?, de paso ¿por qué no son, a diferencia de 1928, los mejores estudiantes quienes lideren la toma de las calles?, ¿qué está pasando con la dirigencia estudiantil de hoy?

Vuelvo al hilo central del escrito. El mensaje de la despersonalización del poder en la lucha estudiantil y, sobre todo, su conexión con las bases populares, lo veo particularmente ausente en las protestas estudiantiles de la Venezuela de hoy.

La dirigencia estudiantil debe reconectarse, pero no con los partidos, sino precisamente con la enorme capacidad que ella tiene de generar cambios científicos, políticos, sociales y culturales a través de su misma esencia, y con ella hacer la levadura que traerá los cambios.

El día que los partidos (incluyendo los de izquierda) comenzaron a apadrinar y darle cauce al movimiento estudiantil venezolano (hace más de sesenta años), murió la esperanza de la generación del 28 venezolana, así como de manera análoga murió en parte la revolución de los pingüinos de 2006 chilena y la indignación española de 2010.

No se trata de ser críticos anti partidos, porque este sencillo escrito no trata de partidos políticos, sino del Día del Estudiante Universitario en Venezuela (21-11-2014). Se trata de llamar la atención sobre la opacidad que causan los partidos políticos cuando arropan el fermento del poderoso e inquieto manantial estudiantil, además, se trata de la necesidad por la cual los mejores estudiantes deben ser los más sensibilizados a apalancar los cambios.

Por supuesto, también se trata de no seguir a líderes, sino causas, porque el día que el líder no esté, fallezca o caiga preso, la causa se desfigurará y se perderá en la interpretación y ritmo de los “segundos al mando”. Los estudiantes no queremos ser segundos al mando ni estar bajo la égida de estos, queremos mover como un solo bloque y sin personalismos, la palanca científica, cultural y política de los cambios sociales.

No me exijan más detalles, porque cada vez que lo hago tirios y troyanos, que pareciesen religiosos fundamentalistas de sus respectivos partidos, agreden desde la profundidad de la ignorancia, la alienación y obvio que desde la parcialidad partidista.

Por tanto, les digo a mis hermanos estudiantes, sacúdanse la pereza, eleven el ánimo al cielo, pisen con fuerza la tierra de sus ancestros y avancen sin miedo a la censura por la senda del libre pensamiento. No se dejen embaucar por los partidos ni por los malos estudiantes, no sigan líderes sino a la intuición y el sentido común estudiantil que es la energía más portentosa que nos provee de fuerzas y de valor para romper cualquier cadena y para fertilizar el más hermoso de todos los campos, el campo de la transformación humana. Vamos, siempre adelante, ¡a alzarse con virtud! ¡Feliz día a todos mis estudiantes, compañeros y a todos los que se sientan identificados con estas agitantes letras!, ¡los quiero a todos!

@samscarpato

Código: 09-2014-7005

Para citar este escrito:

SCARPATO, Samuel. (2014). A los estudiantes universitarios en su día, ¡alzarse con virtud, no nos queda de otra!. Primera publicación en fecha 21-Nov-2014 en el medio Facebook. Segunda publicación en fecha 15-Ene-2016. Consultado en fecha Día-Mes-Año. Disponible: https://samscarpato.com/a-los-estudiantes-universitarios-en-su-dia-alzarse-con-virtud-no-nos-queda-de-otra/