El más valioso aporte

Tiempos de juventud, 1996

A lo largo de los siglos, hemos visto como se han desarrollado cantidad de naciones en todo el mundo. Siempre hablamos de los adelantos científicos y tec­nológicos, además tomamos como ejemplo al petróleo, a la industria y a las grandes ciudades, para demostrar lo que “es en verdad el mejor desarrollo”. Pero simple­mente la realidad es otra.

Parece casualidad que todos los países que se empeñan en concentrar sus mayores recursos en la industria y en las grandes ciudades, son a la vez las naciones con mayor proporción de pobreza y de contaminación ambiental.

El secreto bien sabido está en que esos países se han olvidado del potencial más valioso que pudieran tener; y está conformado por la gente y su alimentación, así como los recursos naturales que le rodean.

Imagínese por un momento, ¿qué pasaría si de pronto se derrumbara o desapareciera la Gobernación, la fábrica de cemento o un banco comercial?, simplemente puede suceder una pequeña alteración del orden y quedar afectadas algunas miles de personas.

Por otra parte, trate de pensar en ¿qué sucedería si de pronto se acaba el campo venezolano? La respuesta sería muy horrible, porque no sólo dejarían dé existir el agua y el oxígeno que permiten vivir al pueblo venezolano, sino que además desaparecería el alimento con el que se nutre a más de 20 millones de habitantes.

Entonces, ¿dónde está nuestra mayor riqueza?. Algunos ilustres dirigentes dirán que lo más valioso y lo que necesita mayor atención son las refinerías de petróleo, la importación de manzanas, la intervención de bancos en quiebra, o el aumento de sueldos de algunos diputados.

Pero sepan ustedes, conscientes lectores, que la riqueza más importante que tiene un país es su campo, incluyendo sus vitales recursos, como los bosques, los ríos, pero sobre todo su gente; esa gente amable y paciente que ya ha esperado demasiado para demostrar que sin ella, nada ni nadie sobreviviría en el agite tan propio de estos tiempos.

Si el Estado venezolano en vez de invertir tanto dinero en la importación, de productos alimenticios, destinara esos recursos económicos en atender y promover una agricultura sustentable dentro de nuestro territorio, sin lugar a dudas Venezuela fuese otra; nuestra nación no estuviera sufriendo las penurias provocadas por el mal trato al sector campesino y a su valioso trabajo.

La conciencia del campesino está cambiando y se está dando cuenta que él representa la persona más importante dentro de nuestra nación y que de su trabajo depende que se desarrollen las demás actividades en el país.

Amigo agricultor, usted ha pensado que así como le retrasan su crédito agrícola, le frenen la construcción de la medicatura o le dicen que no hay presupuesto para la escuela de su pueblo, ¿qué pasaría si al gobernador del estado o al presidente de la República durante el mismo tiempo no le llegara el tomate, los huevos, la carne, la papa o el café? Es hora de que dejemos de sentimos como la oveja negra de la familia o como el hijo menos importante de la cañada, y hagamos sentir la importancia de nuestro trabajo ante un pueblo que todavía no sabe que gracias a nosotros aun sobrevive.

@samscarpato

Código: 05-1996-3143

Para citar este escrito:

SCARPATO, Samuel. (1996). El más valioso aporte. Inédito de fecha 1996. Segunda publicación en fecha 09-Sep-2016. Consultado en fecha (día)-(mes)-(año). Disponible: https://samscarpato.com/el-mas-valioso-aporte/