Junto a una familia mapuche lafkenche, desnudando piures extraídos en la bahía de Mehuín, sur de Chile
Junto a una familia mapuche lafkenche, desnudando piures extraídos en la bahía de Mehuín, sur de Chile.

 Quiero hablarles con el corazón. Luego de convivir o recorrer centenas de comunidades campesinas e indígenas en el Caribe, los Andes y la Amazonía, junto a más de dos décadas de estudios y reflexiones, me atrevo a hablarles con la autoridad del espíritu que me asiste, mi Huajari pide a Nguenechén que seamos un solo aksquilukt o pvlli, para que podamos entendernos con el aliento de todo lo que pueda transpirar la verdad de una mirada. Sistematizaré el relato para poder hilvanar la discusión por puntos.

UNO. Los mapuche están bien, pero están mal. Están bien porque son el pueblo indígena con una de las menores tasas de exterminio en Latinoamérica y prácticamente una de las más bajas en asesinatos perpetrados contra ellos; Colombia o Brasil, pueden contar hasta decenas de indígenas muertos por mes, Honduras o Venezuela, entre uno y tres por mes, en Chile o Argentina rara vez pasan de uno al año. Los mapuche están bien también, porque son el pueblo indígena de Latinoamérica con mayor acceso a internet, servicios básicos, agua potable y aun con algún terroncito de territorio que cuidar, eso no lo vemos en al menos ciento cincuenta pueblos-nación indígenas distintos al mapuche. Los mapuche no son víctimas del trabajo forzoso (masivo) ni la esclavitud que he visto con mis propios ojos en minas y otros espacios, para mal de otros doce o quince pueblos indígenas del subcontinente, por allí están bien.

A la vez, los mapuche están mal, porque están seriamente amenazados, y cualquier maltrato o atropello contra siquiera uno solo de ellos o ellas, es una afrenta y una amenaza directa contra cualquier ser humano que llevamos así sea una gota de sangre indígena en nuestro cuerpo, así que hasta el más mínimo roce de maltrato en su contra nos indigna, nos hace hervir la sangre y haremos todo a nuestro alcance para articular con soluciones y acciones a su favor.

DOS. Durante mi investigación doctoral al sur del continente, en los últimos años, tuve la oportunidad de sentir admiración por el despertar de toda una nueva generación mapuche que de cualquier manera hace ver su descontento, y eso es genial, se levantan con tanta fuerza, que pocos, muy pocos pueblos indígenas lo hacen así en el continente. Es impresionante la presencia en redes que han logrado más que ningún otro pueblo indígena en Latinoamérica, google o youtube, los medios alternativos están abarrotados de videos, denuncias, cantos, rituales, manifestaciones culturales y de indignación particular o colectiva de los mapuche.

Admiro también que no se jerarquizan verticalmente y, más admirable aun, que no siguen ningún partido político, pues son, en esencia, un verdadero movimiento, como el agua, como el aire, el sol y la tierra que nos conecta en cualquier tiempo o espacio. En Europa o en Australia, hay voluntariados mapuche, pero no hay voluntariados Piaroa, Yanomami, Yekuana, Kariña, Wayuü, Cuiba, Barí, Kurripaco, Ayamán o Gayón, por citar sólo algunos ejemplos.

TRES. El Wallmapu, esconde una fertilidad en suelos y aguas, como jamás tendrían el centro y norte de Chile o parte del centro y norte de Argentina, de allí que su territorio es altamente apetecible para la agricultura industrial intensiva y extensiva, especialmente forestal, más cuando los inversionistas tienen prácticamente un paraíso fiscal para extender enormes cultivos en desmedro de los bosques nativos; la corriente de Magallanes hace de sus costas una de las más fértiles y ricas del mundo; la pesca comercial hace festines sobre las bondades del Wallmapu, y allí estorban los lafkenche.

La flexibilidad laboral chilena y argentina, también es un incentivo para cualquier inversionista. La cualidad jurídica en la tenencia de las tierras, lleva las de perder para el mapuche descapitalizado, pero sí es ganancia para el mapuche que se pliega a los intereses del gran capital.

El Wallmapu también representa una alcabala, un muro, una barrera que separa lo más preciado del extremo sur respecto al resto del continente: el gas, agua deshielada y los recursos minerales de la Patagonia y la Antártida, son plato fuerte para las grandes potencias mundiales, y la nación mapuche es un estorbo en la mitad de la ruta del saqueo; el extremo sur argentino y el extremo sur chileno ya están concesionados a favor de enormes corporaciones trasnacionales, los mapuche aquí no interesan.

CUATRO. Ingleses y norteamericanos deben salvaguardar a toda costa las islas Malvinas, y el estrecho de Magallanes está justo frente a ellas. La soberanía chilena del estrecho de Magallanes, es la mayor conveniencia para los ingleses y sus aliados; nadie habla del “frente Atlántico de Chile”, pero todo el estrecho de Magallanes es chileno, por tanto Chile tiene costa atlántica, al menos la desembocadura del estrecho, por eso, en el corredor que comunica los más grandes puertos y aeropuertos (incluyendo bases militares) con el estrecho de Magallanes, hay un obstáculo: los mapuche. Esta es una variable geopolítica que poco he escuchado en los argumentos a favor de la causa mapuche, pero que hay que poner sobre la mesa.

CINCO. Siendo Chile el país más desigual del continente (uno de los más desiguales del mundo), genera un efecto que empuja a las clases más pobres a luchar por la sobrevivencia o al exterminio, esto los hace más vulnerables ante la represión sistemática e institucionalizada. Las leyes oprimen al pobre, de paso sin tierras. Para rematar, excluidos de un sistema educativo que no le da más alternativas, sólo algunos mendrugos de becas.

En Chile, el color de piel condiciona fuertemente las contrataciones que hacen muchas empresas (no todas, pero sí la mayoría), en cuanto al personal que debe entrar o permanecer en puestos de trabajo; este círculo vicioso hace del “conflicto” mapuche una bomba de tiempo. Los mapuche caen en la trampa y abandonan su cultura, emigran a centros urbanos y hacen los mayores esfuerzos para sobrevivir, aquí ya el hermano mapuche ha caído en la trampa y cedió ante la estrategia de debilitamiento planteada.

SEIS. La lucha desarticulada desgasta y eventualmente pierde efectividad. Si revisas las redes, parecieran lluvias de piedras lanzadas al unísono a veces sin dirección alguna (desde 2012 al presente esto ha cambiado un poco), lluvia de quejas caracterizan las redes que divulgan con desespero lo que sucede, mientras que los que estamos del otro lado de la geografía, vemos con preocupación que en África, Asia, Colombia o en la Amazonía, mueren de manera más brutal, mayor cantidad de indígenas, lo cual nos hala con más urgencia. Hay que revisar la estrategia de lucha, antes que sea más tarde, debemos replantear la protesta, para hacerla un poco más efectiva.

SIETE. El lanzar piedras a veces no conduce a la solución, al menos todos lanzar el mismo tipo de piedras. El Wallmapu y la cultura mapuche, tienen riquísimas y diversas manifestaciones que pueden especializarse sin desarticular; desarrollarse sin volverse capitalistas; “explotarse” sin ser entreguistas; desde el ecoturismo y la pesca o la agricultura a mediana escala, hasta la orfebrería y obligar a los académicos e investigadores que dejen en el Wallmapu los resultados o productos de sus tesis, proyectos, etc., son frentes de acción importantísimos para los mapuche que sientan tener la condición para fortalecerse como colectivos socioeconómicos.

El manejo mediático debe ser complementado, sin dejar la protesta; deben crearse nuevos espacios, nuevas rutas de expresión, deben tomarse culturalmente las embajadas, las universidades, los teatros y espacios similares en Chile, Argentina y en todos los países posibles, esto es efectivo, porque si la cultura para las naciones desarrolladas es su jeringa o inyectadora, pues igual para nosotros será el mecanismos de inocular nuestro más sólido vehículo de expresión: la cultura. Las redes sociales son un medio, no un objetivo, y pareciera que lo usan como si fuese una cartelera o un muro pictórico en la pared del colegio, deben revolucionar el uso de las redes y eso es fácil de hacer cuando se comprende el trasfondo de este asunto.

OCHO. Deben profesionalizar una mayor cantidad de hermanos y hermanas en las áreas planteadas (comercio, leyes, exportación, producción, gestión cultural, idiomas, etc.), como vanguardia estratégica, sin jamás perder la fuerza de un nguillatún y todo el kimún que generacionalmente han sabido tradir. Deben llevar la estadística de los avances, esto es importante.

NUEVE. El liderazgo estudiantil es vital, deben fortalecer este aspecto. Cualquier organización estudiantil mapuche, debe trascender a la simple lucha, a la reivindicación de derechos estudiantiles, debe llegar cada vez más al tuétano del sistema y penetrarlo con más inteligencia y efectividad. Los líderes estudiantiles deben ser personas probas, honestas y con la mejor formación, para así dar el ejemplo de la calidad humana del mapuche, que es valiosísima.

Lo demás, creo que es preferible hablarlo en persona. Se despide, por ahora, con muchísimo respeto y afecto, de espíritu a espíritu, su hermano universal,

@samscarpato

Código: 01-2012-9014

Para citar este escrito: 

SCARPATO, Samuel. (2012). El conflicto creado contra la nación mapuche, una visión a cinco mil kilómetros de distancia. Primera publicación en fecha 04-Ago-2012 en el medio Facebook. Segunda publicación en fecha 26-Jul-2017. Consultado en fecha (día)-(mes)-(año). Disponible: https://samscarpato.com/conflicto-creado-la-nacion-mapuche-una-vision-cinco-mil-kilometros-distancia/