La vanidad como sociedad, o cómo tirios y troyanos pierden elecciones en Venezuela

En Venezuela se perdió la noción (¿alguna vez se tuvo?) de optar electoralmente por los mejores candidatos postulados, por cierto por méritos diversos, entre ellos la buena experiencia demostrada. Queda entonces el descarte, es decir, votar por los menos malos, el voto castigo o bien, como han optado muchos, la abstención y el voto nulo.

Estamos rodeados. Sea cual sea la velocidad que imprimas a la carrera para huir de ella, la idiotez política de todas formas nos alcanza; y es que es un problema constitucional, y no me refiero a nuestra Constitución Nacional, sino a la manera de cómo somos en esencia (de paso alardeamos) los venezolanos. Así que venga quien venga, dudo que pueda hacer mucho por sacarnos de abajo mientras los venezolanos no cambiemos.

Luego de las elecciones parlamentarias celebradas el 6D-2015 en Venezuela, hemos sido testigos de todo tipo de comportamiento deformado o bizarro por parte de tirios y troyanos. Pareciese una desenfrenada competencia para ver quien insulta más nuestra inteligencia como ciudadanos y como conglomerado social.

En una semana hice diversos reencuentros con viejas amistades, al menos cinco reuniones navideñas, dos de ellas algo extremas: una con amistades en su totalidad de oposición (no sé si de “derecha”) y otra con amigos en su totalidad pro oficialistas (no sé si de “izquierda”).

En ambos casos “extremos”, poco se habló de la preocupante crisis política, social y económica venezolana y, cuando más, de los tragos que compartíamos, de las marcas de celulares que cargábamos, de los negocios que habíamos hecho en el año y de ciertas rumbas (fiestas) propias de amigos por esos días. Por un momento me sentí extraño, pero a los segundos me calmé asintiendo que así somos los venezolanos; la crítica de la boca para afuera y la vanidad bien arraigada.

Reviso los titulares de la prensa y veo que en el contexto nacional el asunto no es muy distinto, matizado con eufemismos que tratan de ocultar la idiotez política que nos arropa y de vez en cuando no se disimula para nada.

UNO. Un grupo de docentes bolivarianos (acá en Venezuela el término bolivariano no es empleado para designar objetos, escritos, logros e ideas propias o directas del Libertador Simón Bolívar, sino para designar deliberadamente una filiación política con agregación a una corriente partidista que, además, se abroga el derecho de presumir que es una producción generada -redundo- por Simón Bolívar), se escandaliza por cuanto un alcalde “bolivariano” inicia un concurso de belleza en una solemne cámara municipal como pre selección de la que será la reina de belleza local en los carnavales de febrero 2016.

No te arreches (no te enojes), así somos los venezolanos. Aún cuando apenas han pasado horas de la estruendosa derrota “bolivariana” en las elecciones parlamentarias nacionales, hay que pasar la página y volver a las tonterías propias de nuestra vanidad social.

DOS. El viejo refrán que reza que la salsa que es buena para el pavo debe ser buena para la pava, no aplica para la compra de votos o para la política clientelar.

Ante las graves “pruebas” de haber repartido el equivalente de dos a cinco dólares a algunos votantes para que hayan marcado en la máquina de votación cierta opción partidista y, habiendo detenido y apresado a la persona que lo hizo, nos olvidamos de los ingentes (mil millonarios) recursos que la otra opción política repartió durante su campaña para comprar votos, y no me refiero a las pensiones para nuestros viejitos ni las tablets para nuestros universitarios, sino a los recursos sin otorgamiento y destino social, académica y técnicamente merecidos: viviendas a título dudosamente oneroso, deudas condonadas, taxis sin plan de pago, entre otros.

No te arreches, en la política venezolana la salsa que es buena para el pavo no necesariamente es buena para la pava. Lo que se critica de gobiernos anteriores se maximiza en cumplimiento actual y, lo peor, ya lo verás también cuando llegue del todo un gobierno de oposición. Así de olvidadizos somos los venezolanos.

TRES. Ante la innegable derrota electoral del pasado 6D, se convoca a toda la estructura del partido de gobierno a que a su vez convoque a voceros del poder popular para que canalice, a través de la estructura del partido de gobierno que los llevó a la derrota, las soluciones al problema.

He tenido la fortuna profesional de asesorar en asuntos puntuales a gobernaciones y alcaldías de “gobierno y oposición”, y en todas (absolutamente en todas) el desfile de nepotismo es descarado; padres, hermanos, hijos, sobrinos, cuñados y cuñadas, queridas, suegros, suegras, yernos, nueras, compadres, viejos compañeros de estudio y recomendados de estos, toman por asalto los puestos clave, se salvan algunos funcionarios de carrera que en ciertos casos son inamovibles.

¿Cómo vas a atacar los problemas de corrupción e ineficiencia, si debes primero ir contra tu familia?, pero no te arreches, así pasa en Venezuela, veamos tan sólo algunos “pequeños” ejemplos:

1.Turismo: supongo que el gobierno debe tener su “Valentina Quintero”, gran conocedora de la geografía nacional y de la intríngulis de la infraestructura, políticas y servicios turísticos del país (conozco a varios buenos candidatos), pero no, debe ser la esposa del militar dado de baja con mayor peso político en la estructura del partido de gobierno la que ocupa el cargo de conducción de un muy importante instituto nacional dedicado al tema.

2.Cine: Venezuela ha producido como nunca una cantidad y variedad de películas en los últimos años, muchas de calidad, pero aún falta un empuje mayor dándole responsabilidades de conducción de tan interesante sector a alguno de los personajes mejor formados en la materia (y no nos importa que esté alineado con el pensamiento bolivariano, de hecho bienvenido), pero no, quien conduce en lo burocrático tan importante sector nacional es el propio hijo del Presidente de la República.

3.Canto: La cultura venezolana es riquísima, en la composición e interpretación de la canta criolla o popular, incluso en la trova o “canción de protesta”, tenemos una cantidad interesantísima de talentos con gran arraigo. Próximos al pensamiento bolivariano y primerista (de Alí Primera) tenemos tantos artistas, desde el Colectivo La Cantera, hasta la banda Dame pa´Matala, pasando por los mismos hijos y sobrinos de Alí Primera. Bienvenido el canto bolivariano, pero no, la artista revelación del año que ha inundado de jingles y fondos musicales, es la hija del militar con el actual mayor peso político dentro de la estructura del partido de gobierno (con ello no niego los talentos de esta nueva cantante pop venezolana).

Pudiera inundar de ejemplos de nepotismo al lector, pero no es la idea. Quiero llevarlo sin muchas vueltas a la reflexión, por lo cual se nos hace imposible sanear una estructura de gobierno mientras la estructura misma esté soportada sobre tan malas prácticas políticas. Y, antes que algún sector haga fiesta con mis comentarios, advierto que del lado de la “oposición” el asunto no es mucho mejor.

CUATRO. “El presidente de la República no está equivocado, quien se equivoca es el pueblo”. ¿Acaso los equivocados no son el Presidente y el gobierno nacional?, según el Presidente los “traidores” (que crecen a diario desde hace más de diez años) son los ciudadanos de a pie que padecen en el “frente de batalla” lo que sucede en su día a día, y que formulan quejas y sugerencias de manera cada vez más reiteradas.

“El pueblo fue vencido y confundido por la guerra económica”, “bien traidor el que no haya votado o el que haya votado en contra”.

Hay que tener la cara bien lavada para, en medio del más descarado nepotismo (lea de nuevo el punto TRES), acusar al pueblo de a pie de traidor a la revolución. Pero este es otro cuento al cual me referiré en un escrito aparte, volvamos al asunto de la vanidad.

CIERRE. Decía que la vanidad nos carcome y no nos deja reconocer errores. También les pedía esperar un tiempo para que sean testigos de los desmanes que hará la oposición en el poder. Por eso sentencié que estamos rodeados.

Paréntesis. Este es un verdadero y medular problema de ciudadanía y comportamiento republicano. En hora mala desterramos a Miranda y a Bello, codificadores del actuar republicano. Se nos fue la serenidad y el “pensamiento frío”, y nos quedamos con el pensamiento y el actuar brioso e impulsivo, creo que las dos partes han debido complementarse y apoyarse.

Pasada la mitad del año 1812 perdimos buena parte de la columna de la sensatez y el concilio, uno a uno fuimos desterrando a los conciliadores. Ahora invoco la reconstrucción no desde una de estas columnas (el brío y el concilio), sino desde ambas, porque ambas desde siempre han sido necesarias JUNTAS. Cierre de paréntesis.

Espero no haber causado una fuerte impresión a los extremistas tirios y troyanos que de costumbre me escriben para decirme “eso no es así”. Por igual quiero que sepan que no me mantengo en el medio ni trato de ser neutral. Quiero hacerles ver que ambos insultan la inteligencia del electorado y nos tratan como tontos, por lo cual les pido encarecidamente, depongan las armas de la idiotez y vuelvan en sí a favor de la paz de nuestra sociedad.

Por décadas me ha costado tener amistad o hacer pareja con personas que hagan culto de su belleza física, así como a la marca de ropa que cargan e, incluso, les atraiga cualquier forma de discriminación o el maltrato animal. Imagínese usted que me vaya a complacer tener idiotas al frente de la política nacional haciéndonos creer que los electores somos idiotas.

Alejémonos de la vanidad social para hacer otro país posible, donde quepamos todos, incluyendo los que legítimamente no optamos por tirios ni troyanos. Créanme que otro mundo es posible, más potable más convivible.

@samscarpato

Código: 02-2015-0124

Para citar este escrito: 

SCARPATO, Samuel. (2015). La vanidad como sociedad, o cómo tirios y troyanos pierden elecciones en Venezuela. Primera publicación en fecha 19-Dic-2015 en el medio Facebook. Segunda publicación en fecha 21-May-2016. Consultado en fecha (día)-(mes)-(año). Disponible: https://samscarpato.com/la-vanidad-sociedad-tirios-troyanos-pierden-elecciones-venezuela/