Bahía de Juan Griego, octubre 2008.

Siendo un hijo de tu vientre no me queda más remedio que empujar la carreta, esa que tirios y troyanos halan en sentidos contrarios, desajustan tus ejes, rasgan tus entrañas y aún así dicen amarte de verdad.

¿Comienzo por ordenarte o más bien terminar de desordenarte en una enorme sacudida que bote de ti garrapatas y sanguijuelas, parásitos y contempladores de oficio, pregoneros del mal y encantadores de alacranes?, dame una señal que ilumine mi destino junto al tuyo.

¿Cómo?, ¿ya la has dado?, ¿miles de veces?, esto de tener los sentidos tapados por la desidia y la ignominia, en serio enferma a cualquiera que aparente estar bien pero que no sostiene tu vientre a punto de un remezón generalizado en un aparente colapso de desesperanza.

Sé que jamás pierdes las esperanzas, tan sólo te guardas por un momento para tomar aire con más fuerza; has inhalado tanta paciencia que el estallido de tu luz sucederá con espeluznante bramido, no quedará piedra sobre piedra, sobre todo las que se han erguido con arrogante representación.

¿Cómo decirle a tirios y troyanos que el orden natural de las cosas va más allá de la lógica y el sentido común de las ideologías que intentan imponernos?, nos representa tu bondad, no la palabra de ellos; su capacidad viene de tus dones, no de los de ellos, y eso aún no lo comprenden, pero ya es hora de hacerlo entender.

Dicen los mal hablados que tus riquezas han sido nuestra perdición, yo les digo que tus riquezas son tuyas y una y otra vez te las arrebatamos en nombre del progreso de quienes viajamos en el universo de tu vientre. No se dan cuenta que eres tú la reina de los designios junto al Padre universal, y por tu enorme bondad estás dejando que reaccionemos por cuenta propia.

Ya es hora, Madre, que estremezcas tu cuerpo con llamaradas de incandescente luz que derrita las mentes y los corazones de quienes no soportan tu biorritmo, tu natural sentido de las cosas, tus bosques y selvas donde deben estar, y el flujo de tus hidrocarburos donde se han debido quedar. Ya no dejes que tus hijos idiotas, perdón, quise decir descarriados, decidan qué hacer de ti en nombre de quienes te sabemos ultrajada.

Pero lo más hilarante, mi Venezuela, es que a un lado y al otro tratan de saquearte, así que estamos rodeados, siempre lo he dicho. No tenemos más opción que esperar de los niños su sentir natural de las cosas, y de los sabios ancianos de la montaña su buen consejo. Ayúdanos a hacer sentir ese buen consejo, Madre querida.

¿Por dónde comenzar a desenredarte, luz de mi alma?, ¿por la obviedad o por un mal necesario?, danos el poder para saber interpretarte sin más uso que la fuerza del espíritu, lejos de enajenantes lineamientos partidistas y de idiotizantes consignas de unos y otros.

El orden vendrá a ti y, para sorpresa de muchos, no será nada visto en muchas décadas. La fuerza que surgirá, barrerá con tirios y troyanos, con esos que se yerguen sin tu amor pero dicen hablar en tu nombre. Tu descanso será la niñez en nuestros corazones y la bondad de sabernos unidos en torno a ti y fuera de todo quicio político partidista, lejos de todo deseo morboso sobre tus riquezas.

Tu riqueza será la luz de la inventiva en los corazones de tu nueva era, en las manos de tus hijos que se levantan al sol naciente y labran con humildad la fértil tierra que darás para nuestro sustento y vida. Tus bosques no dejarán de ver correr el agua de la esperanza jamás represada, nunca más.

Gracias Venezuela querida, por lo que eres y por lo que vendrá, te amo con toda mi alma. Ya no más señales escondidas, déjate ver en fuerza y bondad, para que sepamos de ti tu luminoso camino de la ciencia de tu amor y de la próspera energía que de todos surgirá.

Hijo de tu vientre y de tu luz universal.

@samscarpato

Código: 05-2016-3140

Para citar este escrito: 

SCARPATO, Samuel. (2016). Ay mi Venezuela, me pidieron que ayudara a desenredarte pero no hallo por dónde comenzar. Primera publicación en fecha 18-May-2016 en el medio Facebook. Segunda publicación en fecha 29-May-2016. Consultado en fecha (día)-(mes)-(año). Disponible: https://samscarpato.com/ay-venezuela-me-pidieron-ayudara-desenredarte-no-hallo-donde-comenzar/